EL CUERVO MANUEL (Gerardo Maciel)

19.09.2017

Manuel era un cuervo sentimental.

Nunca entendió porque aquel viento traicionero empujó a sus alas llevándolo a volar hasta aquella playa.

Se dio cuenta entonces que nunca se preguntó cual era su destino.

Es más, él nunca pretendió imaginarse sentirse tan feliz y satisfecho estando allí de tal manera.

Sin embargo, en tan sólo unas horas estando en la arena suave y pálida, mientras buscaba algún tipo de alimento, correteando cangrejos, despotricando por los calores, inmediatamente se enamoró del agua que se le mostraba enfrente de sí, desafiante y majestuosa, con ese ir y venir constante, con ese agarra y deja, con ese toma y da'ca, con ese para allá y para acá, con ese mete y saca.

Entonces tomó una rotunda decisión:

"Seré amante del mar.".

Se sintió cómodo y seguro y se dijo a si mismo:

Eres enorme Manuel, puedes hacer lo que tú quieras.

Y luego, con una concha sesgada por el tiempo se cortó sus alas negrísimas; se pintó de azul, yendo para lograrlo al pozo donde había muerto un pulpo zurdo.

Y loco de amor, se creyó un atún.

"Entre la marea Manuel se fue y loco se hundió y por fin amó"

Partió amante en pos de su amor y no le importó de especie cambiar.

El cuervo Manuel, sin alas y azul, nunca quiso ser un cuervo común.

¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar